Como cabras en Grazalema

Este sábado he tenido mi primer encuentro a pié con la montaña, el encuentro ha sido en la sierra de Grazalema (Cadiz) y la razón: una ruta de senderismo pasando por el "salto del cabrero" y la "Sierra del Endrinal". El recorrido estaba organizado por los chicos y chicas del club "Correcamino" de Sevilla. Son gente muy sana y que hace ya varios años que practican esta hermosa actividad aunque muy dura. Y cuando digo dura no exagero, ya lo avisan en su página web, no hacen senderismo típico (esto era lo que yo creía, me llevó engañado mi amigo Alberto para el que también era la primera vez con la gente de Correcaminos) por caminos señalizados, si no que en cuando pueden se salen del camino y como cabras se encaraman paso a paso montaña arriba hasta llegar a lo más alto de los montes que les rodean allá por donde van.

Mi amigo Alberto está un poco inquito últimamente y siguiendo el espíritu naturista nos convenció a mi y a otros dos amigos más a esta aventura por la sierra de Cadiz.

Salimos desde una parada a las afueras del pueblo de Grazalema. Los primeros kilómetros trascurrian por apacibles senderos donde a veces nos cruzábamos con otras excursiones de alemanes o ingleses, pero pronto nos salimos del camino para subir al "salto del cabrero". Ahí fué donde me dí cuenta de que esta gente no se anda con tonterías a la hora de andar por el campo. Al llegar arriba, me llevé la sorpresa cuando me encuentro a un tio en la esquina del pico, disfrutando plácidamente de la mañana leyendo un libro y con una botella de buen vino al lado, eso es vida.

Al bajar el "salto del cabrero" el grupo se dividió un poco y algunos tiraron por un camino un poco más largo, yo me fuí con los que ivan por el camino más corto: de frente y tirando pa'rriba directamente a lo alto del siguiente monte. Subes a 900 metros ("salto del cabrero") bajas y vuelves a subir a 1200 metros (éste otro monte). Cuando llegamos a lo alto ya era la hora de comer y de descansar un poco. Una buena siesta en estas alturas y sin ningún ruido, otra experiencia nueva. Ya por la tarde el grupo se dividió un poco más y sólo unos pocos decidimos seguir subiendo montes y descubriendo sitios. Los que se dieron la vuelta sabían lo que nos esperaba a los que seguiamos, pero yo no, soy nuevo en ésto. Pasamos por zonas muy frondosas, subimos a lo alto de un monte donde sólo había rocas y pasamos por un tunel natural.


Es la primera vez que hacía algo parecido a senderismo, aunque esto más bien es "piedrismo", pero me ha gustado mucho, y aunque ahora no puedo bajar las escaleras de mi casa con las agujetas que tengo, estoy deseando repetir la experiencia.

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