Desde mi ventana se ve la Playa

lunes, agosto 29, 2005

Diario de viaje: sexto día

Caños de Meca - Tarifa. Miércoles 3 Agosto 2005

Me despierto rodeado de un fuerte viento. Algunas tiendas no han aguantado la noche y aparecen tiradas o desmontadas. Me doy cuenta poco a poco que este viento de levante va a fastidiarme el día.

Carretera que atraviesa el parque natural de Barbate

Desilusionado parto destino a Tarifa con la esperanza de disfrutar al menos de las velas en la playa. Escalo la carretera que atraviesa el parque natural de Barbate y desciendo con dificultad con el fuerte viento. Desde Barbate me dirijo por la costa a Zahara de los Atunes, pero aquí el viento ya no es viento, es un huracán, como no veo las noticias estos días supongo que no me he enterado. Este viento podría haber sido una de las plagas de Egipto. Pero me da igual y lo intento de todas maneras, en este viaje no hay un “volver atrás”. La carretera no tiene arcén y el viento me tira peligrosamente a la cuneta un par de veces. Empiezo a pasarlo mal pero aún tengo fuerzas para continuar al menos a pié por la cuneta que es como una zanja. Tengo la esperanza que se apacigüe el viento en cuando me acerque a los montes de más adelante, pero tras una hora de esfuerzo arrastrando la bici en contra del ciclón y por esa zanja que bordea la carretera, me rindo. El sol aprieta más y me doy cuenta que el viento no me va a dejar llegar a Zahara de los Atunes. Estoy triste, estoy pasando el peor momento del viaje.

Afueras de BarbateEn Barbate de nuevo aprovecho para preguntar a personas mayores por el viento. Por lo visto cuando el levante entra, dura 5 días o más. Cada vez me encuentro peor, ¿Cómo voy a llegar hasta Tarifa o Algeciras o cualquier lugar si todo está contra el viento?

Atrapado en Barbate disfruto al menos de otra agradable comida. En los peores momentos siempre aparece alguien y te alegra un poco la vida, y ese era el hombre del bar. Una belga casado con una Barbateña que me cuida durante la comida y me hace sentir como en casa. Supongo que mi aspecto cansado, sudando y lleno de pequeñas partículas de arena arrastrada por el viento dicen por si solos que necesito un poco de ayuda.

Después de dar varias vueltas a la cabeza pienso que lo mejor será descarsar por aqui cerca hoy y ya mañana veré como está el panorama. Así que por la tarde termino de gastar mis piernas subiendo una carretera de 2 Km. de durísima cuesta arriba que lleva a Vejer de la Frontera. Pero al llegar arriba me dicen que mi mapa está equivocado y que el camping que busco está abajo. Da igual, aprovecho para degustar unos dulces típicos del pueblo que están buenísimos y además son muy baratos.

Cuando llego abajo me encuentro con un cruce de carreteras y una par de personas esperando en lo que parece ser una parada de autobús, y se me ilumina una luz. Aprovecho un autobús que pasa por aquí para embarcar en 10 minutos camino de Tarifa. Sólo son 30 Km., pero con este viento la travesía sería un infierno y yo no comencé este viaje para sufrir.

Philip y su chica son dos alemanes que conozco en el camino, mientras charlo con ellos recordando mi pobre inglés voy recuperando el ánimo. Me siento como si hubiera salido de un callejón sin salida.

Al llegar a Tarifa conozco a más gente, Tarifa está lleno de italianos. Es la primera vez que hablo con un italiano y nos entendemos muy bien. Me cuenta que ayer mismo comenzó una de las semanas brutales de viento, ¿de veras?. Bueno, lo importante es que ya estoy aquí y me encuentro mejor. Muy cansado pero mejor de ánimos.

Me alojo en un camping cercano a Punta Paloma a 5 Km. de Tarifa. En el mostrador del camping tienen puesta una gráfica con las previsiones de viento hasta la próxima semana. La gráfica se acaba y los números siguen por las nubes. ¿A ver como llego a Algeciras estos días?

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