No tuve suficiente con
1 día en Grazalema, así que por que no repetir?.
Correcaminos se reune todos los miércoles de la semana para decidir la ruta del próximo sábado, pero todos todos, aunque lo que más me sorprende es que salen todos los fines de semana, no falla uno. Y yo que no quiero salir a comprar el pan cuando llueve.
Ésta vez tocaba la sierra de Antequera(Málaga), así que tras echarle un vistazo en el
Google Earth (que friki me estoy volviendo), me decidí por la aventura. Esta vez me quise adelantar y el viernes estaba ya en Sevilla, tierra de mi amigo "x" (hay preservar la intimidad de algunos personajes), y no es para menos, cuando llegas allí te puedes ver envuelto en mil historias (algún día las contaré,... pero en varios libros). Aproveché para comprarme unas botas de montaña (
a quien se le ocurre subir por piedras con zapatitos?), y me digo: "esta noche dormiré bien para mañana", pero es tierra de "x" y nos quedamos hasta las 4:00. Tampoco hay que quejarse, me lo pasé muy bien.
Por la mañana nos despertamos tarde
y no fué culpa mía (esto va por los compañeros de correcaminos que nos estuvieron esperando), 1 hora tarde diría yo y faltaban 10 minutos para que el grupo saliera desde Santa Justa destino Antequera (8:45). Pero el genio "x" se las avía para que lleguemos a tiempo al punto de encuentro a pié de montaña.
El sitio impone, nada más bajarte del coche (malditos coches) se ve la montaña a subir y el camino por donde subir. Pero antes de afrontar la subida nos acercamos a una
vía ferrata. Allí conozco a Apolo, 62 años, pero tal como un chabalín hace de las suyas y se encarama sin cuerdas ni nada por la vía ferrata: "si es facil", decía.
Dios mio que vértigo.
Del grupo de Huelva ívamos 5, pero sólo subió el aquí presente. Teníamos una fichaje "guiri" y por lo visto no sabía a donde venía. Nada más subir las primeras rampas se echó atrás y con ella otros dos para acompañarla (el genio "x" de nuevo). El tercero se tomó el día de descanso abajo meditando (bien que hizo). Y yo para arriba (que chulito que soy, algún día...).
La subida es dura, pero merece la pena llegar arriba, el día está despejado y mirando al sur se puede ver Málaga capital y el mar. De nuevo piensas que ha merecido la pena llegar hasta aqui. Para comer aprovechamos
un pequeño prado verde que nos encontramos en lo alto, es como un regalo. Pequeña siestecita y a continuar, no sin antes dejar una
pequeña nota en una cafetera que han dejado ya preparada con bolígrafo incluido algún otro grupo de montañistas años atrás.
Por la tarde es lo mejor, por que apenas tenemos que volver a subir montes y sólo nos queda deslizarnos
por la cresta de pico en pico. Pero lo bueno se acaba y antes de que anochezca tenemos que bajar, una bajada por una rampa de piedras sueltas algo peligrosa. Pero la suerte parece que acompaña a este grupo siempre.
Antes de irnos algunos aprovechamos para visitar una casa de campo cercana y comprar un quesito artesano. Yo soy un poco rarito con los quesos pero no me corté al probarlo con miel.
Por el camino de vuelta siempre es lo mejor, estás agotado del día pero con las pilas de vitalidad y ánimo cargadas, y un buen plato de patatas, huevo y chorizo (plato oficial del grupo) es lo mejor, sabe a glória.
Otro día increible con esta gente tan enrollada de correcaminos. Poco a poco voy conociendo a la gente del grupo y el buen ambiete te engancha. ¿Donde será la próxima excursión?.
Más fotos.